Para añadir trigo (no precocido) a cualquier plato es recomendable dejarlo en remojo la noche de antes, de esta forma el grano se hidrata y la cocción posterior se acorta. Luego se trata de hervirlo con agua y sal hasta que está blandito (siempre queda un poco crujiente, una textura muy especial) o bien añadirlo a cualquier guiso que requiera unos 25 minutos de cocción.
El resultado es un plato original, ideal para entrar en calor y reponer energías.
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