Son ideales para rellenar con queso fresco y ensalada, tomate, pollo,... o bien endulzarlos con un poco de miel o chocolate negro rallado con una base de mantequilla o aceite de oliva.
Ingredientes (para unos 25 batbout)
- 250 gr de sémola de trigo ecológica
- 250 gr de harina de trigo ecológica (nosotros hemos usado Aragón 03 sin el salvado)
- 350 mL de agua aproximadamente
- Un par de cucharaditas de postre rasas de sal
- 15 gr de levadura fresca
Se mezclan todos los ingredientes, amasando unos 10 minutos hasta que quede una bola que no se pega a las manos ni a la mesa. Es buena idea no poner toda el agua desde el inicio e ir añadiendo conforme se amasa para no hidratar la masa en exceso. El agua es mejor ponerla templada, de forma que la levadura se reparta de forma homogénea por la masa.
Una vez tenemos la masa formada, la dejamos reposar (a nosotros nos gusta dejarla cerca del fuego) durante una hora y media o dos horas, hasta que veáis que aproximadamente ha doblado su volumen.
En este momento, ponemos la masa encima de una mesa o encimera limpia, y con un rodillo la extendemos hasta formar una placa de 0,5 cm de espesor. Con la ayuda de un vaso del revés, cortamos círculos de masa que vamos colocando con cuidado sobre una bandeja de horno con papel.
Dejaremos que los batbout reposen durante unos 30-45 minutos. Entonces calentamos una sartén ligeramente aceitada y vamos colocando los panecillos. Veréis que crecen y se vuelven preciosos conforme se hacen. Conviene pasarlos por los dos lados hasta que estén hechos. A los niños les gustan más bien tiernos y poco hechos, en cambio yo los prefiero más tostaditos...
¡Podéis recalentar los batbout en la tostadora al día siguiente y quedan deliciosos también!
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